Honorable Judge Elizabeth Branch, Honorable Judge Britt Grant,
James Kelly III, President of the International Law and Liberty Society,
José Freire, Executive Director of the International Law and Liberty Society,
Mtro. César Jáuregui Robles,
Dra. María Solange Maqueo Ramírez, Dr. Emilio González de Castilla,
Dra Joyce Sadka,
Don Arturo Escobar y Vega,
Magistrados de circuito y jueces de distrito, Legisladores federales,
Jóvenes estudiantes de Derecho, Amigos todos.
Carla Roel de Hoffmann, Juan Carlos Cruz Razo, Rafael Estrada Michel, Alberto Miguel Ruiz Matías y un servidor, les damos la más cordial bienvenida al acto inaugural de México Law and Liberty Society.
Y qué mejor escenario para hacerlo que el Museo Soumaya, hogar de obras emblemáticas del arte moderno y residencia temporal de réplicas de las obras más destacadas de Miguel Ángel Buonarroti, así como de la Victoria Alada de Samotracia. Hoy, gracias a los esfuerzos de la Fundación Carlos Slim, podemos ver en el mismo plano el arte griego clásico y su legado rena- centista. Podemos apreciar los cimientos de la cultura occidental dialogando con su reconstrucción. Vemos a un artista que logró salir del oscurantismo medieval recurriendo a los principios fundacionales de su arte.
Como Miguel Ángel, nosotros también necesitamos volver a los principios para renacer como país. Sin ellos, sólo somos un territorio indomable, una población sin rumbo, un gobierno sin límites. Pero con principios, podemos construir una verdadera república. Un Estado Mexicano.
Basta con mirar la historia de nuestro vecino del norte. La independencia de los Estados Unidos de América no derivó en un apresurado proyecto de nación, sino en la anteposición de principios a las ambiciones personales. No hubo improvisación; por el contrario, hubo templanza. Washington renunció al poder absoluto. Jefferson afirmó que los derechos na- cen de la dignidad humana. Madison diseñó frenos y contrapesos. Hamilton defendió la independencia del Poder Judicial. Así, construyeron una nación re- sistente a los populismos, las pasiones y ambiciones de poder.
Ciertamente, nosotros también tuvimos grandes in-
telectuales independentistas. En Los Sentimientos de la Nación, el generalísimo José María Morelos y Pavón es- cribió sobre soberanía popular, justicia social, división de poderes, supresión de privilegios. Lamentablemente, su agudeza intelectual no vivió para ver el final del mo- vimiento independentista. Quienes lograron consumar la independencia antepusieron la búsqueda del poder a los principios. Desde 1821 nuestro país se ha sumergido en una vida política pendular. Hemos atravesado federalis- mos, centralismos, imperios, intervenciones extranjeras, guerras civiles, dictaduras militares, revoluciones, repú- blicas restauradas, dictaduras perfectas y espejismos de transformaciones, todas enfocadas en el control del po- der. Esa es nuestra herida fundacional: una nación cons- truida con principios sin contenido o, en el mejor de los casos, principios sin eficacia.
Pero no todo está perdido. Nosotros también pode- mos tener nuestro renacimiento. Como aquel, necesita- mos acudir a nuestros cimientos, al significado real de las letras impresas en nuestra Constitución. Necesita- mos edificar sobre ideas firmes. Necesitamos ciudada- nos comprometidos que recuerden lo esencial:
Que el poder no se adora, se limita.
Que gobernar es servir al verdadero soberano: todos los mexicanos.
Que la división de poderes, la independencia judi- cial, la dignidad humana, son bastiones innegociables de los estados modernos.
Necesitamos también diálogo. Urge la comunión entre gobierno y ciudadanos. Estamos convencidos de que los gobernantes también buscan el bien común. Tal vez solo necesitan escuchar.
Quizás sólo necesitan recordar que nuestro texto constitucional no es un catálogo de arengas populares vacías, sino un reservorio de principios con contenidos fundacionales.
Por eso nace hoy México Law and Liberty Society. No como un club, ni como una moda, sino como un acto de conciencia. Como un espacio para recuperar el significado de los principios que dieron origen a nuestro país y para llamar al diálogo entre población y gobierno. Porque los principios tienen poder. Porque la verdad importa. Porque la justicia es indispensable. Porque una nación sin abogados valientes ni ciudadanos comprometidos está condenada a repetir sus erro- res. Porque, por el contrario, una sociedad construida en principios es más resistente a las pasiones, a los caudillos, a las crisis, como lo demuestra la experiencia estadounidense.
Por eso, agradecemos el apoyo solidario de la International Law and Liberty Society, del liderazgo indiscutible de Jim Kelly, de la guía indispensable de José Freire y, por supuesto, de la experiencia personal, profesional y académica de las honorables juezas Branch y Grant. Aunque México debe labrar su propio camino, la meta se hace más accesible cuando se camina acompañado por quienes han recorrido senderos similares.
Agradecemos también su presencia: jóvenes estudiantes de Derecho, practicantes, académicos, jueces, legisladores.
Cada uno de ustedes es una valiosa gota de esperanza. Hoy los convocamos para que juntos podamos ser un mar.
Hoy los invitamos a ser miembros de una comunidad decidida a llenar de contenido los principios que ahora sólo son discurso. A materializar transfor- maciones que hoy parecen quimeras. México LLS no es oposición. Es una voz que quiere ayudar, dialogar, defender lo esencial. Si están aquí, es porque también lo creen. Porque saben que el futuro no se improvisa: se construye desde ahora. Como mexicanos unidos. Con Derecho. Con libertad.
La historia no nos juzgará por lo que soñamos, por lo que dijimos o por lo que escribimos. La historia nos juzgará por lo que defendimos.
Bienvenidos a México LLS.
Mencioné 12 veces la palabra principios, pero a propósito no los expliqué. Ustedes se preguntarán, ¿cuáles son esos principios de México LLS?
Pues aunque mi voz pudiera responder a esa pre- gunta con ímpetu y fervor, prefiero que los diga una voz con mayor contundencia, una voz con la autoridad que da una trayectoria ejemplar, una vida vivida en la honrada medianía y un carácter forjado en la humildad, la sensatez y la congruencia. Un juzgador ejemplar y ante todo, un buen hombre: Don Alberto Miguel Ruiz Matías.
PRINCIPIOS DE MÉXICO LAW AND LIBERTY SOCIETY A.C.
- Derechos fundamentales – Creemos que toda so- ciedad y todo Estado deben girar en torno al respe- to y la protección de los derechos fundamentales de cada individuo, garantizando su libertad, dignidad y autonomía frente al poder estatal y cualquier forma de coerción.
- Estado de Derecho – Promovemos el respeto y la aplicación equitativa de las leyes, asegurando que ninguna persona o entidad esté por encima de la
- Ley natural – Reconocemos la existencia de princi- pios morales universales que trascienden los siste- mas jurídicos y sirven como base para la justicia y los derechos fundamentales.
- Libertad individual – Defendemos el derecho de cada persona a vivir conforme a sus valores y convic- ciones, sin interferencias indebidas del Estado.
- Responsabilidad personal – Creemos en la importan- cia de la autodisciplina y la toma de decisiones respon- sables como pilares de una sociedad libre y próspera.
- Gobierno limitado – Abogamos por un gobierno cuya autoridad esté claramente definida y restringida para evitar abusos de poder y garantizar la libertad ciuda
- Separación de poderes – Respaldamos un sistema de gobierno en el que los poderes Ejecutivo, Legisla- tivo y Judicial operen de manera independiente para prevenir la concentración de poder.
- Libertad económica – Defendemos la libre empre- sa, el derecho de propiedad y los mercados abiertos como motores de prosperidad y desarrollo.
- Soberanía nacional – Creemos en la autodeter- minación de los Estados y su derecho a legislar y gobernar sin injerencias indebidas de organismos
- Subsidiariedad – Sostenemos que las decisiones de- ben tomarse en el nivel más cercano posible a los ciu- dadanos, promoviendo la autonomía local y limitando la centralización del poder.